Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 3, 5-12

5 No pudiendo vencer a Onías, se fue donde Apolonio, hijo de
Traseo, estratega por entonces de Celesiria y Fenicia,

6 y le comunicó que el tesoro de Jerusalén, estaba repleto de riquezas
incontables, hasta el punto de ser incalculable la cantidad de
dinero, sin
equivalencia con los gastos de los sacrificios, y que era posible que cayeran
en poder del rey.

7 Apolonio en conversación con el rey le habló de las riquezas de que
había tenido noticia y entonces el rey designó a Heliodoro, el encargado de
sus negocios, y le envió con la orden de realizar la trasferencia
de las
mencionadas riquezas.

8 Enseguida Heliodoro emprendía el viaje con el pretexto de
inspeccionar las ciudades de Celesiria y Fenicia, pero en realidad
para
ejecutar el proyecto del rey.

9 Llegado a Jerusalén y amistosamente acogido por el sumo sacerdote
y por la ciudad, expuso el hecho de la denuncia e hizo saber el motivo de
su presencia; preguntó si las cosas eran realmente así.

10 Manifestó el sumo sacerdote que eran depósitos de viudas y
huérfanos,

11 que una parte pertenecía a Hicarno, hijo de Tobías, personaje de
muy alta posición y, contra lo que había calumniado el impío Simón, que el
total era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro;

12 que de ningún modo se podía perjudicar a los que tenían puesta su
confianza en la santidad del Lugar, y en la majestad inviolable de
aquel
Templo venerado en todo el mundo.